jueves, 28 de enero de 2010

Y por fin, las cosas van bien

27 de enero de 2010, una fecha que quedará almacenada en mi memoria como el primer día en que me ha gustado una clase de Máster (creo que voy a romper a llorar). Pero empecemos por el principio...

Ayer me levanté nuevamente a las 6 de la mañana, con el mismo sueño (o quizá más) que la semana anterior. De hecho, creo que fue más porque en el viaje de tren sólo dormí sobre mi mano derecha, no me desperté más que tres veces y siempre porque mi cabeza rebotaba contra el cristal del vagón. Sospecho que la chica que iba detrás mía estuvo a punto de llamar al 112 cuando pasamos Villena pensando que debía tener una conmoción en el cerebro de tanto golpe. El caso es que llegué a Valencia y lo de siempre, metro (se me han acabado los viajes) y casa. Luego me fui a Postgrado porque son taaaaaan competentes en esta mi (no es mía) querida Universidad de Valencia que el justificante de matrícula que me dieron para presentar en la beca-préstamo no es válido y desde el Ministerio me están pidiendo otro para poder darme el dinero, q buena falta me hace. Y es que cada vez la deuda con mis padres es mayor, llevo un riñón y el ojo izquierdo, de momento sobrevivo, pero no sé hasta cuando...

De vuelta al piso, Álvaro nos preparó pechuga al roquefort y qué bueno estaba, por favor, devoré el plato (no literalmente, aunque es cierto que rebañé el plato con pan). Y después para clase, que tenía clases de 15 a 21!!!! Os puede parece normal, pero para alguien que lleva desde mayo del 2009 sin dar una clase verdaderamente decente, tener 6 horas de clase, después de comer, sin siesta y esperando lo peor de lo peor, todo se pone muy cuesta arriba. Y en principio, no me decepcionaron, es decir, empezamos tan mal como habíamos acabado. El profesor llegó a las 15, como solo estaba la mitad del grupo se fue a tomar un café y llegó a las 15:20... De vergüenza. Pero tranquilos, que como sólo era el día en que teníamos que presentar los trabajos pues no pasa nada porque el profesor decida irse a tomar un café en vez de empezar la clase. Los que seguís mi blog (los que no podeis ir a una entrada de principios de diciembre), veréis que alababa a un profesor, pues bien, es este mismo, el de ayer, y ahora mismo lo aborrezco. Intenta ser taaan moderno, tan cool, tan enrrollado y tan padres-de-Ned-Flanders que no se da cuenta de que realmente él es el profesor y tiene que ejercer como tal. En fin, un desastre de clase, me acabé yendo antes de que terminara porque era eso, o morderle un ojo (esto para Laura que seguro que se ríe).

Lo bueno es que las otras dos clases fueron geniales y, a pesar del cansancio, compensaron el desastre de la primera. Luego a cenar, judías verdes salteadas, a monear un rato y a intentar hablar con Lorena por Skype, pero como no para de darse guarrazos electrónicos pues se hizo muy difícil, jaja.

En fin, que un abrazo a todos y todas y gracias por leerme!!

3 comentarios:

chica human dijo...

yo no tengo la culpa de que en ciertos momentos claves mi conexión decida mandarme a tomar por saco...

viva las judias verdes!!! si es que hasta para la cena tenemos telepatia!!!

pidele a Álvaro la receta de las pechugas al roquefort y nos las haces aqui cuando vengas!!!

un beso!!!!!

The Londoner dijo...

Jajaja, q soy vuestro cocinero particular o q?? Por mi bien, os uso de conejillos de indias, jaja

Unknown dijo...

Insisto en lo que ya en el primer comentario te han dicho Ander... por favor... queremos la receta de la pechuga al roquefort... YAAAA... jajajaja... por cierto, me ha alegrado leer que porfin, hay una clase que ha merecido la pena, porque visto lo visto con el master, vaya tela... que se lo podrían haber montado mucho mejor... no se...
bueno ander... recibe un muy fuerte abrazo... y nos vemos en breve!!!
dewwwwwwwwwwww