El caso es que el jueves había quedado por la noche con Natalia para tomar unas cervezas y, posiblemente para hacernos una shisha. La shisha nos ha quedado pendiente, pero las cervezas cayeron, jaja. Fuimos al Mulligans y nos juntamos con más gente como Marina, Paqui y más amigos de Natalia. También vinieron Carlos y Laura con los que no había podido quedar durante el finde anterior. Cenamos en el Baviera (qué buenas las bacon chips y el bocadillo Viena, lo comería una y 1000 veces). Después fuimos otra vez al Mulligans a hacernos otra cerveza y yo quería continuar la fiesta, pero nadie me acompañó, jaja, así que me volví a casa.
El viernes por la tarde fui al Alcampo a ver si me compraba una maleta y a punto estuve de volverme con una camisa de mas, y sin maleta. Pero me contuve con lo de la camisa, jaja. Obviamente, no iba a pagar 40 euros por una maleta pequeña, de las de cabina de avión. Además, había un pasillo entero lleno de maletas, pues únicamente 2 no tenían un estampado inspirado en la naturaleza, ya fuera pien de leopardo, de tigre, de tigre blanco, de cocodrilo, de cebra... Entiendo que a todos nos gustan los animales, pero a no ser que piense usar mi maleta como inspiración para el disfraz de carnaval, quien se va a comprar una maleta con un estampado de leopardo africano!!!
En fin... por la noche había quedado con Jéssica y Lorena para hacernos unas cervecitas y lo que pasa siempre, q te lías y acabas en tu casa a las 4, pero bueno, no hay más. Lo malo es que mi sobrina estaba durmiendo en mi casa y aunque entré con el máximo cuidado no pude evitar despertarla y la pobre se pillo una rabieta... Pero claro que ya procuró devolvérmela 4 horas después, cuando yo dormía plácidamente y me oigo:
Mi sobrina: ¿Y el tío?
Mi madre: Está durmiendo
M.s.: Vamos a despertarlo?
M.m.: No, que está cansado.
M.s.: Sí, vamos... tíííííoooo... despierta!!
Más maja... jajajajaja
El sábado por la tarde quedé con Sanchís y con Juantxo, con uno en mi barrio y con otro en el centro. Con ambos estuvo muy bien y ya tenía ganas de verlos que con ninguno de los dos podía haber quedado desde que volví de Valencia y me apetecía verlos. Y el sábado claro, por ser sábado pues había que salir otra vez. Habíamos quedado Lorena, Jordi, Estefanía y yo, y estuvimos bebiendo alguna cosilla (ron fundamentalmente aunque Jordi bebió whisky) en el garaje de Jordi. Y diréis: ¿en un garaje? Pues sí, hacía frío y una vez eliminado el Benacantil como zona de botellón segura frente a la policía, pues el garaje nos ofrecía calorcito relativo y seguridad, asi que me lo pasé genial. Después fuimos al Inrenou (como no podía ser de otra manera) y estuvimos hasta las 3 y algo, momento en que aprovechamos para ir a hacernos uno de esos magníficos perritos de 1 euro que taaan bien sientan a esas horas de la madrugada. De hecho, sientan tan bien que yo me comí dos, pero también por no dejar solas a Natalia y a Marina, con la que me había encontrado de casualidad y con las que subí para casa.
Resumen del finde: algo increíble, imaginado, es verdad, pero sin posibilidad de que se pudiera cumplir, porque fue un finde genial que espero repetir muchas, muchas veces.
Un abrazo!!