La vuelta a casa!!

La verdad es que pensaba dejar el blog en "stand by" mientras estuviera en Alicante, pero hace un rato he pensado: "Bastantes cosas están en ya en stand by como para dejar también mi blog". Así que he decidido que también voy a actualizarlo mientras esté aquí.

El viernes llegúé a la estación, con media hora de retraso sobre el plan previsto, y muuuuy cansado. Como ya dije en mi anterior entrada había salido el día anterior y mi idea para estar medianamente recuperado para lo que me esperaba el fin de semana era dormir en el tren las dos horas de viaje que separan mi amada capital autonómica (modo irónico off) de Alicante. Llegué a la estación con tiempo de más (no era plan que me ocurriera lo de otras veces, dos nada más, y perder el tren). Así que para hacer tiempo me puse a leer uno de mis nuevos libros de Isaac Asimov, jaja. Cuando pusieron el andén en las pantallas la gente comenzó a correr como si fuera rebajas, se acercara un tsunami o fuera abueletes que corren a un mostrador donde dan algo gratis, lo que sea (soy viejo, deme, deme, deme!). El caso es que no lo entendía y lo entendí cuando entré al tren y me tocó ir sentado en el suelo, entre las más diversas y coloridas maletas. Pensé, el viaje es largo, así que hagamos que sea productivo, y retomé mi libro de Asimov para poder pasar al siguiente cuanto antes. Iba taaan cansado que a ratos se me escurría el libro de entre las manos y daba cabezadas. Más de uno me vería y se reiría conmigo.

Por algo que aún desconozco, el tren se quedó medio vació cuando llegó Villena. ¿Qué puede tener un pueblo de 35000 habitantes para atraer a 200 personas de un tren regional? Un misterio oiga. Llegué a Alicante a las 22 y mi amiga Lorena me estaba esperando allí para darme una sorpresa, jajajaja. La verdad es que me hizo ilusión que hubiera alguien en la estación, siempre molan esas cosas. Pero bueno, no tenía tiempo de entretenerme, tenía que subir a casa para dejar la maleta, cenar y ver a mis padres y volverme al centro que había quedado para tomar unas cañas (no tengo remedio, jaja). Así que eso hice y la cena se me fue enfriando mientras a paso acelerado le contaba a mis padres todas las novedades de Valencia, aquellas que no sabían claro está.

Para las 23:30 estaba de nuevo en el centro, cansado, pero animado por el finde que se me presentaba. Había quedado con Lorena y con Jéssica para ir al Globe y hacernos un cubo, que rico estaba. Yo estaba muuuy muerto, así que acordamos que no podía haber fiestaca, que la reservábamos para el sábado, pero que íbamos al Inrenou y escúchábamos un par de canciones y nos íbamos cada mochuelo a su olivo. Cuando estábamos en el portal de Lorena (la habíamos acompañado a casa), un chaval entró en ese mismo portal y Lorena, en su inteligencia superior, dedujo donde vivía. Jéssica y yo, asombrados de tal hazaña intelectual nos descubrimos ante ella y le aplaudimos, obviamente vivía en el mismo portal (el caso es que Lorena se refería al piso, pero nosotros no quisimos entenderla y nos bastó para reirnos un rato).

Y a continuación el sábado...