Domingueros

Holaaaaa a todos y todas (Modo Mónica Moreno off)

Bueno, ayer no pude escribir por problemas de horario, llevo dos semanas buenas corriendo de aquí para allá, jaja. Además, estaba cansado del día anterior y pensé, bueno, mañana actualizo. Así que hoy, toca.

Ayer fue día cultural, que no por ello dejó de ser interesante. Después de levantarme y desayunar puse una lavadora (la segunda, me estoy convirtiendo en todo un experto, jaja). El plan que llevaba el grupo no me hacía, ya que iban a ir a Harrods y al Hard Rock Cafe (que pronunciados por un inglés sonarían igual y creerías que se está repitiendo, pero no). La opulencia de Harrods con gente en los baños que cuando meas van a limpiar las gotas que escapan fuera del inodoro pues como que no va conmigo y para que en el Hard Rock me pidan 10 o 15 libras por una hamburguesa que mi madre (a partir de ahora yo) hace mucho más buena, pues como que tampoco. Así que me junté con Jose que tampoco quería ir y nos fuimos a ver el Museo de Londres que queda a 5 minutos de la residencia.

Está bastante bien, mucha historia (lo cual es bueno para mí) y encontré cosas muy, muy interesantes. (Esta parte va dirigida a aquellos cabeciles que sigan mis andanzas, espero vuestros comentarios al respecto) Y es que entre esas cosas, había unas lanzas de bronce de la Edad del Bronce (obvio) que son absolutamente idénticas a la del Cabezo Redondo (ya subiré las fotos cuando aprenda a subirlas aquí). Me parece curiosísimo e intrigante como es posible que en lugares separados por miles de kilómetros y con la dificultades de comunicaiones de aquellos tiempos (hace 3000 años), los seres humanos lleguen a los mismos resultados cuando intentan dar solución a algunos de los problemas.

Volvimos para cenar-comer de estrangis, ya que, en teoria no tenía derecho a comer en el comedor porque había solicitado la cena para después (el plan original era no llegar para la cena, pero al final cené aquí). Ya haré mañana una entrada especial sobre la residencia y el mundo que supone porque de verdad que merece la pena. Jose sabía de la existencia de un templo romano en honor a Mitra que quedaba también cerca de la residencia, pero como ahora está debajo de una iglesia y la iglesia estaba cerrada pues no pudimos ver na, pero era bonico.

Hoy después de las clases (divertidíiiisimas y super-super útiles) nos hemos ido (continuará que me quedo sin bateria)