La familia crece

En primer lugar, gracias a todos por seguirme, eso me mola y me invita a seguir escribiéndolo.

Y también decir que tras algunos problemillas con la wifi de la residencia y por falta de tiempo no he podido escribir nada desde el domingo, espero que no vuelva a repetirse, jaja.

Me había quedado en el domingo, día en el que por la tarde intentamos ir al mercado de Portobello. Digo intentamos porque cuando llegamos nos dijeron que solo estaba durante el día, que por la noche quitaban los puestos. Curioso cuando eran las 6 de la tarde y hacía un sol que pa' que, pero en fin, Inglaterra. De todos modos, vimos Notting Hill, que queda al lado y la verdad q es un barrrio donde no me importaría vivir, pero ya veremos, por el momento eso es una incógnita. Ese mismo día la familia siguió creciendo y se incorporaron Sergio (Alicante y compañero de habitación de Jose) y Antonio y Susana (sevillanos y recién llegados a la residencia.). Por la noche nos fuimos (o intentamos irnos) de fiesta porque la zona por la que está la residencia es una ciudad fantasma más alla de las 22. Cuando quisimos llegar a la residencia desde Portobello Lin (la irlandesa del pub) había cerrado y no teníamos donde ir, una lástima. (Sinceramente, no hagais mucho caso de esto, porque no lo recuerdo muy bien, estamos a martes y el domingo parece muy lejano, jajajaja).

El lunes, de eso sí me acuerdo, fui al British Museum. Como buen friquihistoriador me compré la guía del museo, y en inglés, para darle duro. Es algo impresionante estar en el British. Se merece ir cada día a cada una de las salas que tienen. Y como iba sólo esa tarde pues vi lo más característico y turístico, las momias egipcias y los frisos del Partenón. Los ingleses, que pese a lo que podais pensar, no son tontos (o al menos no todos, aunque sí en un alto porcentaje) tienen ya impreso un folleto explicativo en la sala de los frisos explicando porque los frisos están allí y no en Grecia. Casi, casi se sitúan como los héroes que salvaron los frisos de la destrucción (que puede ser cierto), pero una vez conseguido y vuelta la estabilidad a Grecia, bien podían haberlos devuelto.

Por otro lado, nos habían dicho que en el centro de Londres en una disco llamana Work Out, había una Spanish Party y que si entrábamos antes de las 8 era gratis. Así, cual ingleses, cenamos a las 6, nos preparamos (en realidad se prepararon porque yo no me cambié de ropa ni nada, estaba perraco, jaja) y para las 7 estábamos cogiendo la Picadilly Lane en dirección a Oxford Circus. Cosas del idioma, resultó (o no) que lo que nosotros pensábamos que era la Work Out, podría ser la Walk About y esa nos cogía un pelín más lejos de lo pensado. A pesar de todo, llegamos antes de las 8 y cuando íbamos a entrar nos pidieron 5 libras. Y como no está el horno para bollos, no entramos y nos fuimos de cerveceo. Entramos en un pub, (eramos 14 ya porque se había unido a nosotros Dani, un chaval de Madrid que llevaba aquí una semana pero al que no conocíamos) y primero nos pedímos unos mojitos porque había oferta de 2x1. Estabab buenos, pero cada vaso tenía la mitad de la hierbabuena que se produce en el mundo, ramas y ramas de hierbabuena. Así que después me pedí una Guiness (al final fueron 3) que por el mismo precio traía más liquido, jaja.

Comprobamos que los ingleses están programados genéticamente para ser unos sosainas y que hasta que no animamos nosotros el pub, nadie se decidió a ponerse a bailar. No era consecuencia de la borrachera, era simple felicidad, jaja. Como éramos tantos consumiendo, le pedimos "spanish music" y nos pusieron a los Gipsy Kings con su ultraconocido mundialmente ¡¡¡ BAMBOLEO!!!

Ansiosos de volver a Ca'Lin (a partir de aquí este nombre servirá para referirme al bar de la irlandesa) intentamos llegar a tiempo, pero no lo conseguimos. :( De todos modos, la vuelta en metro fue lo mejor que me ha pasado desde que estoy en Londres. Con tanto andaluz como va en nuestro grupo, era inevitable que surgiera una sevillana. Así que nos vemos a los 15 españoles bajando a la estacion de metro a las 23:30 de la noche, cantando, bailando y dando el espectáculo. Mientras esperábamos el metro seguimos con la marcha y tooooodo el mundo nos miraba y sonrería. Si alguna vez tengo que colaborar a que se prolonguen los mitos sobre los españoles (sevillanas, flamenco, escandalosos y fiesteros) que mejor manera de como lo hicimos el lunes. De hecho, fuimos tan sumamente buenos que un chaval de Birmingham, inglés de pura cepa, se animó y se puso a bailar y a dar palmas con nosotros. En fin un gran noche.