domingo, 21 de marzo de 2010

Mucho que contar, poco que decir II

Hola de nuevo

El jueves me subí a la uni nada más llegar de Valencia, eso sí, habiendo dormido toooodo el viaje sin interrupción hasta que empecé a ver los edificios de San Blas y La Florida a ambos lados de las vías. Como ya he dicho en otras entradas, tanto viajar en tren (perfectamente podrían declararme VIP en Renfe y darme una VISA Oro Renfe) me está haciendo aparecer una capacidad para dormirme en cualquier lado y posición (como si fuera Julia, vamos). A pesar de dormir las dos horas de trayecto, seguía estando muy cansado, pero me subí rápidamente porque además había quedado con Eva antes de que ella entrada a clase, a las 10 (yo había llegado a Alicante a las 9:20). Así que autobús lanzadera y a las 9:40 estaba en la uni. Eva estaba perraca y no entró a clase, así que estuvimos tomando algo y charlando, hasta que fui a recoger mi título oficial de Licenciado en Historia, ya que dice el rey que soy historiador a partir de ahora :)

Volví a mi casa, comí, me eché la siesta y fui a recoger a los sevillanos que llegaban a las 5 a Alicante. Después de eso vino la ruta por la ciudad: Av. de la Estación, Luceros, Canalejas, Explanada, Playa del Postiguet (aquí se nos unió mi amigo Carlos), Casco Antiguo y subida al Castillo de Santa Bárbara por el barrio de Santa Cruz y el Parque de la Ereta. Cuando llegamos a lo alto del castillo tras las innumerables quejas de mis amigos por lo mucho que habían andado, resultó que ya estaba cerrado y no podíamos entrar. Obviamente, me veía crucificado por mis amigos, pero un simpático policía local, con aquella simpatía que nos nace a los españoles cuando vemos a un grupo de extranjeros, nos ofreció unirnos a un grupo de viejunos americanos a los que iba a hacer una ruta por el castillo (sí, un policía local de Alicante haciendo una ruta turística por el castillo). No sé si considerarlo intrusismo laboral, aunque escuchando las cosas que decía el policía en su medio inglés, era para echarle montaña abajo. Entre otras perlas, dijo que Aníbal (el general cartaginés del siglo III a.C.) había estado en Alicante y en su castillo con sus elefantes y que el castillo de Alicante ya estaba allí mientras Aníbal veraneaba en San Juan y se tomaba una horchata en el Peret... (lo último es mío, obviamente).

Rubén le echó un poco de cara y le pidió a la guía del grupo americano que si nos podíamos bajar con ellos en el bus. Conseguido eso, los americanos se pusieron a hacerse fotos con nosotros, a llamarnos "rock stars" y "spanish children". Al enterarse la guía de nuestras ocupaciones y procedencias y que yo era de Alicante e historiador (ahora ya sí) me pidió (exigió) que al subir al bus cogiera el micrófono y les contara a los americanos algo de la historia de Alicante, en inglés, claro. Así que, allí me veis a mi hablando inglés después de varios meses sin tocarlo e improvisando un discurso histórico sobre mi ciudad. Salí del paso más o menos airoso y llegamos al centro. Nos subimos en bus a mi casa, cenamos allí y nos bajamos otra vez para salir de fiesta por Alicante.

Fuimos al Lighthouse primero, a l'nrenou y acabamos en Stereo, como no podía ser de otra manera. En Stereo se vio cumplido uno de mis sueños más recientes y es ver a Cristina en esta sala, jaja. Lo vi cumplido y me di por satisfecho. La verdad es que estábamos cansadísimos, pero no nos quedaba otra que aguantar hasta las 7:20 que salía nuestro tren para Valencia. Nos lo pasamos genial esa noche, dándolo todo con algunas canciones, con algunos bajones entre las 4 y las 5 de la mañana y con cosas raras que pasaron después, pero el balance global de la noche fue muy positivo.

Nos volvimos para Valencia y ahí empezó nuestro viernes de Cremà.

2 comentarios:

Aly dijo...

Me ha encantado la entrada. Supongo que te darían propina, no?

The Londoner dijo...

Jajajaa, pues no, nuestro premio fue que nos bajaran en bus hasta el centro, pero mira, no estuvo mal, yo me lo pasé bien en realidad, jaja